Si en el texto ya clásico de Adorno y Horkheimer Dialéctica de la Ilustración (1944), se hablaba de una Industria cultural,o más bien, de la dicotomía entre arte e industria cultural, hoy en día vemos que la polaridad de aquel entonces entre cultura de élite y cultura de masas no solo ha ido perdiendo su significación, sino ha llegado a su fin con la irrupción del internet y con ello, la anamórfosis de lo cultural con la polifonía de las manifestaciones culturales, que o bien ya no participan de la dicotomía antes mencionada, o bien denotan un concepto de cultura sin referentes. Más bien hoy en día hay un nuevo posicionamiento entre comunidad e individuo, donde verdaderamente la identidad cultural de la comunidad tiende a desaparecer, transformada por la cultura individual o la producción individual de la cultura.En efecto, es la razón instrumental la que empuja a la desaparición de los conceptos referenciales de la cultura o conceptos clásicos, pues las identidades comunitarias son absorvidas por un internacionalismo que representa una abierta ruptura del sustento comunitario de la identidad cultural, aspecto que parecía dar solvencia al viejo concepto de la cultura. Lo que nos queda, por lo pronto, es hablar de una cultura sin identidad comunitaria o de cultura individual o anticultura, aunque, como pensarán muchos, si bien los fenómenos culturales caminan hacia esta transformación, los modelos culturales en los que vivimos tienden a aferrarse a los modelos ya caducos, a desesperar en la nostalgia de los referentes.
