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lunes, 10 de noviembre de 2014

Un Parásito Polémico


Sobre ¨Nietzsche parásito de Emerson¨ el nuevo libro de Jorge Luis Gómez.

Por Alonso Darinel

Recuerdo alguna vez cuando Gómez afirmó que lo que más le gustaba del Ecuador era ¨la libertad de vivir en total libertad¨ y la afirmación ciertamente no es gratuita pues luego de terminar de leer su último libro, ¨Nietzsche parásito de Emerson¨ (USFQ.2014), no nos cabe la menor duda de que allí expone sin miedo esa libertad (o esa violencia) como un poder de destruir la propia mitología, los viejos paternalismos y las iconografías que alguna vez nos dieron aparente sustento, pues: ¿cuál puede ser la libertad si no es probando la fuerza y la valentía contra nosotros mismos, contra nuestros propios mitos, máscaras y falsas apreciaciones?.
El libro de Gómez expone esa dicha del iconoclasta de ser solo él mismo, de no depender ni de autores ni de mentores, ni de filosofías idealizadas pues al enfrentarse a Nietzsche, casi la filosofía de la modernidad en su conjunto, Nietzsche es prácticamente como el muro de Berlín de la filosofía que Gómez se da el lujo de derribar frente a todos sus lectores y cada uno de nosotros, por nuestro lado, intentando que el muro no se derrumbe pues si eso ocurre nos derrumbamos nosotros con él. Verdaderamente hay tanto de una creencia secular y generacional al lado del Nietzsche que idolatramos, tanto de mitología arraigada y difícil de destruir en nuestro inconsciente, que dejarlo morir no sería otra cosa que vergüenza alevosa o crimen indignante. La garantía de una larga polémica parece ser el mejor resultado para un libro que puede llegar a ser un escándalo como un rescate en las listas de los más vendidos para la filosofía, pues libros de este horizonte ya están desapareciendo de las librerías y de la discusión.
Gómez, el iconoclasta de la filosofía, parece que vino al Ecuador y al Buen Vivir a ejercer la libertad que ninguno de nosotros ha podido disfrutar y esa es nuestra envidia, nuestra repugnancia contra esa persona que todos quisiéramos ser y que nos impide la institución, la bandera, la familia, el sueldo y el matrimonio. En el Ecuador no existe la filosofía o si existe su cultivo no obedece a una dedicación generacional ni al mantenimiento de un discurso que haya luchado frente a otros discursos para mantenerse vigente, pues desde los años dorados de la filosofía en la Universidad Católica, con Roig, Agoglia, Enzo Mella y otros profesores extranjeros, la filosofía se ha mantenido por el influjo de tradiciones institucionales que han llegado a nuestro país desde fuera y no obedecen a tradiciones propias. En parte, el ejercicio filosófico de Gómez representa una lucha por mantener una tradición inexistente y en parte la extravagancia de Gómez, profesor de filosofía hace ya veintitantos años, es parte de este libro que reseñamos.
En cinco capítulos extenuantes Gómez nos ofrece un material prácticamente desconocido de nuestro ícono, unas pruebas irrefutables de que nuestro superhombre era como nosotros y que pretendió una libertad que no tuvo, que lo fingió todo para enseñarnos que se puede ser Nietzsche viviendo con mami y hermana, con fines de semana y como consumidor final, que se puede ser superhombre sin serlo, un ícono de cartón tan pedestre y humano, tan hipócrita y posero como todos (!!) y es precisamente eso lo que más nos duele, ese súbito sacarnos la máscara de aquello que nunca quisimos ser, pero que en realidad éramos y no lo sabíamos, pues mientras más débiles somos más aspiraciones a la nobleza y a la aristocracia y a todo orden superior, mientras más débiles más necesidad de buscar el modelo de los fuertes que no somos, mientras seamos los débiles todos los modelos de vida de la fortaleza y el carácter serán solo aspiraciones nostálgicas inalcanzables, puro rencor de no poder alcanzarlo. En este menú de la renuncia personal y del enfrentamiento está presente todo el rencor heredado de Nietzsche como padecimiento autorizado por él pues él lo vivió y es lo único, lamentablemente, que pudo enseñarnos. Y Nietzsche no está lejos de contemporáneos como Kafka o Tolstoi, pues en la época abundaba la conciencia de culpa entre los autores más destacados y era un lugar común ese parasitismo literario, como el caso de Baudelaire, que  tarde o temprano representaba un quiebre cultural muy difícil, pues no se puede romper con el pasado cuando éste todavía nos alimenta a diario y aún lo sentimos como propio. Y no resulta una anécdota que gran parte de la literatura y la poesía del siglo en mención tuviera como norte la imagen de un hombre superior en la que se ocultaba todas las debilidades como todas las culpas que ellos mismos intentaban solapar en un ícono que les quedaba grande, pues cuando Nietzsche se refiere a Baudelaire lo muestra como un decadente típico, es decir, como uno que pretendía ser superior cuando en realidad no lo era y esta distancia que el filósofo quiere a toda costa poner frente a los débiles no es otra cosa que voluntad de separación y divorcio de aquello que él mismo sentía como propio y que jamás pudo sacarse de encima a pesar de las insistencias.
En cierta medida, es éste el aspecto que más nos impacta de este libro pues en realidad poco nos importa si Gómez llega a probar el parasitismo de Nietzsche, si Nietzsche plagió, copió o transcribió a Emerson. La violencia de Gómez es contra nosotros, contra un romanticismo mítico que vemos caer en nosotros, contra una seguridad que era una bandera, una época que todavía permanecía con significado y que Gómez, el iconoclasta, termina por derrumbar en un terremoto impresionante. En este sentido, leer el libro conlleva una suerte de asesinato en la penumbra y hasta cierta complicidad con el autor, pues el libro nos hace pensar en nosotros, nos hace palidecer de nosotros pues el hombre maduro debe algún día elevarse por sobre la mitología en la que tristemente se sustentaba para bregar por sí mismo y observarse por primera vez con sinceridad y con verdadera sustentación.
En el panegírico del hombre superior, en la idea que comparten Emerson y Nietzsche, nadie más superior, nadie más libre que Gómez que ideó un país, todo un país, solo para ser libre. A veces la mejor manera de vivir es llorando sobre el rostro rígido de nuestro mitos y llorar con dignidad pues también hay llantos maduros y nobles. Si ya la muralla cayó con Marx, Freud y ahora Nietzsche, si se vino al suelo toda la filosofía de la sospecha, no nos queda otra cosa que pensar por nosotros mismos de una vez y para siempre, solos y sin un pasado que ensombrezca el rostro que verdaderamente nos corresponde. Nada mejor para todos aquellos que idearon la libertad que derribar muros y hacer terremotos con tal de desembarazarnos del mito y de todo lo que no es nuestro.

¨Nietzsche parásito de Emerson¨

Vale 23 dólares y está a la venta en la librería Rayuela.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

Sobre el libro ¨ Nietzsche parásito de Emerson¨(USFQ.2014) y las ideas de Deleuze,Guattari y Badiou.


Son primero Deleuze y Guattari (¿Qué es la filosofía?1991) y luego Badiou (Condiciones.1992) quienes afirman que la filosofía debería dejar de ser solo historia de la filosofía, los primeros al afirmar que el plano de inmanencia expone la subjetividad del filósofo y no la verdad de sus enunciados y el segundo, al evitar señalar que la filosofía sea el discurso de la verdad. En ambos casos hay la intención de sacar a la filosofía de la historia y el historicismo pues declaran que la caducidad de ella obedece a ese vínculo o está determinada por él. Si bien el argumento central de ellos no es errado, las propuestas de éstos parecen buscar la desvinculación de la filosofía de un argumento por lo demás tradicional pero que en sí mismo, además de esta limitación, está plagado de perspectivas en sí mismas discutibles. Por lo pronto, la discusión sobre si la filosofía pretende ser el discurso de la verdad es totalmente legítima sobre todo por que el filosofar caería en el plano científico o en el discurso de la ciencia experimental del que es diferente o al menos camina en el extremo opuesto. Pero más allá de defender la desvinculación del filosofar del discurso de la verdad, al combatir el vinculo de la filosofía con su historia, pretenden introducir aspectos pre filosóficos del filosofar y así situar a la filosofía en un más allá discursivo bien discutible.
En el caso de nuestro libro, donde intentamos establecer una relación entre los conceptos de dos pensadores, al parecer ni siquiera existe una relación conceptual ni una corrección de un concepto por estar mal planteado, como plantean Deleuze y Guattari. En el caso de las ideas de Emerson y Nietzsche creemos que existe un parasitismo o simbiosis conceptual ( no inmediatamente un plagio ni una copia de ideas) en que nos permitimos observar que ni siquiera el argumento del ¨plano de inmanencia¨ de Deleuze y Guattari,  pudiera salvar el problema. Nuestro libro muestra en dos facetas de la vida de Nietzsche la importancia sobredimensionada que ve éste en las ideas y conceptos de Waldo Emerson, a pesar que en el periodo de Sils María pudiera observarse un plano de inmanencia también sobredimensionado por el propio filósofo alemán, con el que nos podríamos permitir una diferencia entre éste y el autor norteamericano, y permitirnos, al mismo tiempo, comprender la relación entre ambos como una coexistencia de planos de inmanencia y no una sucesión de sistemas o conceptos. Como en nuestro caso observamos que las intenciones de Nietzsche al sobredimensionar el rol y figura de la idea del hombre superior de Emerson en su persona, al creer que él es el hombre superior y nadie más que él, sobre todo en la época del pensamiento del eterno retorno y en los inicios de la creación del Zaratustra (1881-1883), esta creencia (o esta locura) no le aparta totalmente de las ideas originales de Emerson sino más bien, lo instala en el seno de esas mismas ideas, pues la locura si bien podría significar el plano de inmanencia pre filosófico de Deleuze y Guattari, para el propio Nietzsche no es más que la encarnación en su persona del ideal del eterno retorno o la prueba o aval de la superioridad de sí sobre toda la humanidad. No se trata de que ¨otro plano de inmanencia se ha tejido en las mallas del primero¨(Deleuze y Guattari pag60) sino, para nosotros, se trata de una extraña simbiosis conceptual en el que un filósofo se cree el otro, haciendo suyas las ideas de su predecesor y subrayando que él es la realización de las ideas de aquél. Según nuestro punto de vista, si bien las ideas de Deleuze y Guattari no puede ser utilizadas con solvencia en nuestro caso, lo que nosotros descubrimos es que también el plano de inmanencia o el aspecto personal y patológico de una persona, lo pre filosófico de sus ideas, también puede estar presente en lo conceptual y eidético y dejar de ser pre filosófico, como también puede ser un argumento en el que la ecuación personal intenta sustituir al concepto para evitar el parasitismo. No quisiéramos negar las ideas de Deleuze y Guattari en este punto, pero creemos que el parasitismo conceptual puede ofrecer una otra perspectiva para resolver el problema de hasta qué punto el plano de inmanencia es pre filosófico y si no es solo un concepto más en el que la filosofía podría llegar a ser historia y solo historia y no coexistencia de planos de inmanencia.

lunes, 8 de septiembre de 2014

El futuro plagado de insurgencias


Utilizar hoy las ideas de Nietzsche sobre el nihilismo y la pérdida de los valores supremos para intentar comprender la situación que vivimos no nos parece adecuado. Y no lo parece por la sencilla razón que la situación política actual en occidente parece seguir una lógica en la que los conceptos del pensador alemán o bien no resultan funcionales o bien obedecen a recursos y estrategias para las que esos argumentos no estaban preparados. Hoy observamos en la política internacional el nacimiento de grupos que combaten lo que llaman decadencia occidental ( por ejemplo Putin y el nacionalismo ruso tanto como los grupos de Yihadistas que combaten en Irak y Siria) mediante un antagonismo a Occidente que no refleja más que un extraño fenómeno de oposición como dependencia. El viejo concepto nietzscheano de nihilismo incompleto ( que bien hoy podría expresar el intento de una destrucción de los valores occidentales pero manteniendo la esencia de lo que se intenta destruir) no parece responder completamente a las espectativas de la lógica interna de los fenómenos de oposición, insurgencia al sistema del poder contemporáneo. En cierta medida, los antagonismos al sistema hoy en día manifiestan una cierta lealtad al propio sistema ( como el movimiento de los Indignados), pero no como un nihilismo insatisfactorio o incompleto, como pensaba Nietzsche, sino como una estrategia del poder que es capaz de crear y producir antagonismos para neutralizar o intoxicar las verdaderas propuestas de liberación. El sistema del poder contemporáneo crea ejércitos de insurgencia para hacernos pensar que son éstos el antagonismo que hay que combatir, ocultando en ello que el caos es creado para alcanzar el poder con esos mismos fenómenos de insurgencia. Nada mejor para comprender este fenómeno que recordar la saga Matrix, cuando Neo adquiere conciencia de que es un instrumento del Arquitecto, o es una creación de él y todo el proceso de liberación que él comandaba no era otra cosa que una estrategia del sistema que combatía. Parte del terrorismo internacional obedece a esta lógica, pues hacer un atentado y culpar a cualquiera es la mejor forma de neutralizar las verdaderas actividades terroristas, es decir, que gran parte de los atentados terroristas de hoy y el futuro son y serán auto atentados. El problema que surge cuando reflexionamos sobre el futuro desde el presente, es el fenómeno de la insurgencia como catalizador del poder, es decir, que tendremos un futuro plagado de insurgencias con lo que podremos observar que el poder, según nuestra opinión, ve en ello la mejor forma de reproducirse o la mejor estrategia para desdoblarse en enemigos que son creados por él mismo.Observar esta lógica nos permite comprender que el verdadero atentado que se comete contra el principio de contradicción es en lo fundamental una muestra como una enseñanza de que el proceso de descomposición que vivimos garantiza un caos organizado infinito en el que los poderosos pescarán a río revuelto sin ningún escrúpulo. Pero también los fenómenos de liberación ya no tendrán ni obedecerán a criterios de auténtica insurgencia, sino a maquinaciones y estrategias para neutralizar una oposición que tarde o temprano va a dejar de existir.Un futuro donde el poder no tiene antagonismos es en sí mismo la mejor expresión del verdadero colapso de la sociedad contemporánea.

miércoles, 28 de mayo de 2014

La política del descontento


Acaban de haber elecciones en Europa y en Colombia. Lo peculiar de ambos procesos es la casi nula participación de las mayorías. Solo un 35 a 40% de los electores han participado. ¿Qué sucede y cuál es el motivo de que el 60% de los electores no participe? La pregunta parece ser la cuestión central de la política en nuestro tiempo, es decir, esta cuestión involucra al valor de lo político y a la función que hoy cumple la representación política en la sociedad. Como podemos apreciar, a las grandes mayorías no les interesa lo político y son unos pocos los que toman las decisiones por todos. La política de hoy no refleja el sentir de la comunidad y ésta se deja llevar y administrar por una minoría y por las opciones que ellos ven como correctas. En Europa la extrema derecha y los partidos antieuropeístas han triunfado, expresando con ello que las opciones oportunistas de grupos minoritarios pueden llegar a ser realidades cuando la gran población deja de lado la opción política o simplemente no le interesa. Esta levedad de la política es lo más significativo de ella, pues son minorías las que deciden por todos y hacen de la política del descontento una opción real o una verdadera real politik. Pero es una política oportunista o un pescar a río revuelto, pues al pretender ser o representar a toda la comunidad no hacen más que expresar el descontento político o el mismo valemadrismo de la política, como dicen en México. En cierta medida los noticieros de la televisión y los periódicos informan sobre las elecciones en las que casi nadie participó, aunque los resultados si bien expresan el más grande vacío político, representan una realidad política insoslayable. Esa realidad que no representa a nada ni a nadie es la política del descontento. Y esa realidad casi vacía es la que entraña el fenómeno de la política en nuestro tiempo.

lunes, 5 de mayo de 2014

Diez cuentos absurdos


1.La quebrada del payaso
Se trata de la muerte de un payaso borracho o de un borracho vestido de payaso o simplemente de un hombre alcoholizado vestido de manera extraña que cae por una quebrada. El motivo de la muerte de este sujeto no la sabemos. Lo que sí sabemos es que a la mitad de la historia se construye en este mismo lugar un Mall que se llamó: La quebrada del payaso.

2.Tumbangkok
Se trata de la historia de un migrante Tailandés que se establece en Tumbaco. Un día un fotógrafo con problemas financieros busca ahorrar un viaje a Tailandia y , por ese motivo, trata de ubicar con un amigo a una persona de Tumbaco que se parezca a un campesino de Bangkok. Al encontrarlo y fotografiarlo no solo evita pagar un costoso viaje a Tailandia, sino también funda en una zona del lugar un nuevo mundo que más tarde se llamó Tumbangkok.

3. Ahí comienza la soledad.
Dos amigos conversan al borde de una cerca que divide dos terrenos. Uno de ellos le dice al otro:
¨De este lado es el terreno del Ricky, y de ahí para allá es el terreno de la soledad¨.
El otro amigo que lo escuchaba muy serio dice:
¨¿ahhhhh... entonces allí no vive nadie?

4. Todo el mundo se pone bravo cuando no hace caca.
Un día un grupo de amigos conversan sobre el comportamiento de sus hijos. Una madre entre ellos, al referirse a su hija, dice que es mal genio pero como buscando una disculpa dice :
¨Pero solo se pone brava cuando no hace caca¨
Azucena, que era parte del grupo que conversaba sobre sus hijos, luego de escuchar a su amiga dice con energía y mucha determinación:
¨¡Pero si todo el mundo se pone bravo cuando no hace caca!¨
Al rato, Ricky que quiere hacerse el chistoso pregunta a todos:
¿Qué le dijo una mosca a otra mosca?
Como nadie responde después de un  rato contesta sonriendo:
¨Vamos a mi caca¨.

5. La persistencia de Renaud
Renaud tenía la facultad de predecir el fin del mundo todos los meses del año. Sus amigos que lo escuchaban muy atentos vivían atormentados. Cuando ya había pasado 20 0 30 años juntos uno de ellos muy filosófico dice a sus amigos, luego de una larga discusión sobre la nula capacidad predictiva de su amigo:
¨Yo creo que lo único que hay que admirar de Renaud es su persistencia¨.

6. El problema es que ha sido virgen.
Dos amigos ingresan a una iglesia y conversan sobre distintos temas. Luego de hablar sobre las esculturas y cuadros que hay en la iglesia, se ponen a conversar sobre sus conquistas amorosas. Uno de ellos, al terminar de conversar, le dice al otro:
¨El problema es que ha sido virgen¨
El otro que camina mirando las estatuas y cuadros de la iglesia piensa para sí mismo:
¨Yo pensaba que era el cristo de Legarda¨

7. Con prenda
Una vez un individuo flaco necesitaba beber cerveza y sale de su casa, cuan largo y flaco era, a comprar cerveza a la tienda. La señora que vende allí le dice con cara de disculpa que no puede venderle porque hay ¨ley seca¨ y es día de elecciones. Luego de que el individuo flaco le ruega que le acepte, la señora dice con cara de aprobación:
¨Bueno.... pero con prenda..¨
El individuo flaco mueve la cabeza con infinita comprensión y dice resignado antes de salir de la tienda:
¨Comprendo ¨.

8.Una historia larga y triste.
Hay un congreso internacional de hombres invisibles. Llegan de todos los países y de todas las regiones del mundo para reunirse en un hotel.
Cuando comienzan a reunirse en el salón del Hotel se dan cuenta que poco a poco empiezan a desaparecer y desaparecer y desaparecer y desaparecer y desaparecer y desaparecer....

9. Mecánica.
Una abuela bien habladora recibe a uno de sus nietos que vive hablando de conciertos de rock . Para hacerse la conocedora del área, le dice para sorprenderlo  cuando abre la puerta de su casa:
¨¡Viene Mecánica!¨

10. Viernes Santo.
Un esposo muy leído y absorto en sus estudios le pregunta a su mujer pensativo:
¨El año pasado qué día cayó Viernes Santo?¨

domingo, 4 de mayo de 2014

El síndrome de la crisis de derechos


Desde mediados de los noventas y sobre todo en la primeras décadas del nuevo milenio, observamos a diario las crisis en los sistemas de seguridad y control debido a que la gran ciudadanía adquiere aparentemente derechos informáticos que antes no tenía o no utilizaba. El acceso a las redes informáticas ofrece facilidades informáticas que antes la gran población no tenía acceso directo o eran muy difíciles de adquirir, como ofrece al mismo tiempo, una aparente ampliación de los nuevos derechos que adquirimos los usuarios por el solo motivo del acceso a la red. Y estos ----derechos---- que en rigor son solo probables y prácticamente inexistentes son la causa de la crisis de representación política, de los roles sociales como de la participación ciudadana. Pero lo sintomático de todo esto es que los derechos siguen siendo los mismos o simplemente son conculcados en la misma medida en que el síndrome de la ampliación de estos genera una discusión sobre una apariencia y no sobre una realidad.En una palabra: Los derechos ciudadanos no han crecido ni han cambiado. Pero lo más extraño de este fenómeno es que el concepto del sujeto moderno también se ve afectado por esta aparente cambio en los derechos ciudadanos. El modelo cultural que describe Bauman en sus análisis de la cultura moderna es parte de este nuevo sujeto, como es parte de esta apariencia que éste ve o quiere ver en los modelos de consumo modernos. Lo que parece manifestarse aquí es que hoy la apariencia parece volverse realidad y en ella intentamos sostener razonamientos que se fundan en simulacros de realidad( como el síndrome de la crisis de derechos que intentamos describir) pero no en la realidad, e incluso, éstos tienen una repercusión ficticia en los conceptos y en los valores que pensábamos existentes.Este ambiente de crisis fundada en las apariencias informáticas o en aparentes cambios de derechos, nos enseña que dentro de poco ya no sabremos distinguir entre auténtica crisis y crisis forjada por las apariencias, pues la virtualidad de ella parece obedecer a un proyecto muy bien pensado de forjar la virtualidad como promotora de una vida de cambio vertiginoso que solo ofrece beneficios a los modelos de consumo y al mundo tecnológico. La fuerte identificación con el irracionalismo del modelo que describimos, garantiza todo tipo de falsas reformas y falsas crisis, como también nos hace ver que los modelos del sujeto moderno serán otras máscaras simuladas de sujetos verdaderamente inexistentes.La futura reflexión y la crítica cultural será una suerte de desmitologización del simulacro, es decir, una manera de desvalorizar el mito como un modo de quitarles a los consumidores la satisfacción de una ficción autorizada como aparentemente necesaria. Por eso no podemos esperar que la reflexión tenga en ese futuro inmediato ningún valor como ninguna función social de importancia.

miércoles, 5 de marzo de 2014

Noticias


Estoy corrigiendo las pruebas de imprenta de mi libro ¨Nietzsche parásito de Emerson¨ que edita editorial Brujas en Córdoba, Argentina. Al corregirme me doy cuenta de mi oralidad pues soy profesor de principio a fin. Para mi, oralidad significa que hablo y que solo hablo y cuando escribo no hago más que transcribirme, cosa imposible en sí misma. Frente a este límite, creo que es un límite sudamericano, en cierta medida, escribir es perder una identidad o intentar plasmar algo en un formato para el que no fuimos ni preparados ni educados. Y ese límite es nuestro y mío hasta decir basta. Al parecer, cuando escribo me enajeno de mí mismo, dejo algo que es mío y lo transfiero a una identidad hipócrita, es decir, me pongo un traje que no me queda. Y cuesta tanto ser uno mismo en ese traje que incluso he llegado a pensar, que lo más mío es el intentar decir algo que pienso más allá del lenguaje de todos, más allá de las convencionalidades y de los ritos sociales que forja todo lenguaje. El más allá que he pensado me aproxima a las reiteraciones de mi lenguaje oral, al uso y abuso de ciertas muletillas del hablar en público y del hablar en general, pues si mi lenguaje es el oral, no debo traicionarme al corregirme y eliminar los giros que hago uso y hago abuso cuando hablo. Evidentemente que mi editor no me va a entender!.

La creación artística y la conciencia traumática.


por Jorge Luis Gómez Rodríguez
Profesor de filosofía de la USFQ. jgomez@usfq.edu.ec


Abstract: Según la definición de Platón, el arte es Enthusiamós. El texto expone tres ejemplos de conciencia traumatizada y la función que cumple en la creación artística.
Palabras claves: Creación artística y conciencia o memoria traumática.



Las veleidades de la conciencia traumática también parecen manifestarse en el viejo y mal comprendido concepto del Enthusiamós, que nos enseñó Platón sobre el arte y la creación artística. Si bien la locura y los desordenes de la conciencia apuntaron originalmente en esta definición a los poderes divinos, como excusándose de los verdaderos desaguisados mentales a los que se refería, la creación artística y la memoria traumática, también representan a los principios creativos que Platón nos legó en su obra y en su idea sobre el arte.
En cierto sentido, la posesión divina no dice o no significa directamente al dios y sus poderes, sino, por el contrario, a los desordenes mentales que éste provoca en los entusiasmados. Y hoy podríamos profundizar sobre aquellos desordenes que, en sentido estricto, son más artísticos y donde hay más creatividad que en ningún otro lugar. Pero hablar de desordenes suena a disculpa, pues en la creatividad que queremos o que intentaremos desentrañar, hay un tormento que se quiere superar, y precisamente en esa voluntad no solo está presente la pulsión creativa como tal, sino el carácter de inacabada o de insatisfactoria en la que se asienta casi como una obsesión.
La función del trauma en la memoria genera una inventiva artística en un amplio sentido. El paciente traumatizado, en cierta medida, crea con el fin de olvidar la herida, a pesar que es ella la fuente misma de la creatividad. Como memoria sana, el pasado permanece sin cambios. En la memoria traumática hay un necesario cambio o arreglo para evitar reflotar una herida que debe permanecer oculta en la profundidad y que, por ningún motivo, debe salir a la superficie. Son los paliativos a la vulnerabilidad neuroemocional. Y esos paliativos los comprende Boris Cyrulnik, neuropsiquiatra francés ( ¨Sauve-toi, la vie t`apelle¨.Odile Jacob,2012) mediante la idea de la résilience ( o resistencia).
Es la readaptación resiliente de sus propias representaciones una suerte de terapia natural donde se permiten evitar el dolor arreglando escenas para crear otras con las que tapan o encubren el original. Todo trauma modifica el funcionamiento cerebral y hace de instrumentos neutrales, como la escritura de sí mismo, un factor de protección. Todo paciente traumatizado abunda en imágenes pero tiene una mala memoria verbal. Los que aprenden a comunicar resultan menos traumatizados que los que  no lo hacen.
Y en el caso de aquellos niños que han sufrido una agresión traumática, tienen sueños recurrentes que están encerrados o aprisionados, que viven en un acuario o en una caja en la que no se pueden mover. Este sueño que representa la separación de los demás o la incomprensión de los demás, tiende a desaparecer mediante la escritura, pero no mediante las imágenes. Pero la escritura como terapia, si bien es resiliente, no logra sino un placer momentáneo de lejanía del trauma, pues si bien desocupa a la memoria de imágenes obsesivas desplazándolas en el valor social del lenguaje o en su poder comunicativo, aparentemente desplaza el trauma en un valor simbólico como experiencia universal o sufrimiento de todos.


Como vemos, la escritura de sí tiene un valor de resistencia traumática y por eso de terapia. El artista resiste su propio dolor cuando crea una nueva novela, poema, o teatro. La creación artística hace del desorden emocional, lo mismo o algo semejante a las neuronas que niegan un recuerdo al sujeto traumatizado, para evitarle el dolor y el tormento. El arte es una liberación pero lo es sólo en la medida en que al ser una terapia satisface momentáneamente a su creador. Y es esta insatisfacción la verdadera garantía de una creación obsesiva.
También los representantes de minorías excluidas son creadores atormentados que representan en su voluntad de rehabilitación, en su meta de rendir un homenaje a los humillados y en el propósito de rehabilitar lo que vive en la ignominia y la abyección, un espíritu traumatizado que hace de su creación una terapia de rehabilitación precisamente porque en la vida cotidiana son presos de la exclusión y la segregación social. Tanto homosexuales y lesbianas hacen de esta voluntad de rehabilitación (Cfr.Eribon,Didier Una moral de lo minoritario.Variaciones sobre un tema de Jean Genet. Anagrama.2004) de lo excluido, lo que es común a Foucault y Jean Genet, una terapia de rehabilitación de sí mismos, donde la palabra de los excluidos llega a rehabilitarse con ellos y esa palabra es la expresión  terapéutica de una liberación. Pero además de querer disociarse de lo que no se es, la voluntad de rehabilitación expresa simbólicamente un modo de liberarse ellos mismos. En este sentido, el tema de las exclusiones como escritura expresa lo que no se quiere ser y manifiesta el ritual emocional de profundizar en la exclusión para liberarse de ella.
Y existe otro tipo de creador traumatizado que hace del arte creativo un modo de superar su propia minusvalía. Es el caso de los autores que luchan por alcanzar la gloria personal, llevados por la necesidad compulsiva de superar el trauma de una temprana orfandad. En estos casos, la creación compulsiva los lleva a tomar las ideas de otros como propias, no como plagio consciente, sino como trasferencia de personalidad. Es el caso de Baudelaire y Nietzsche. En ambos creadores hay el trasfondo de otra personalidad como de otro autor que creen ser ellos mismos. Baudelaire cree ser Poe y Nietzsche cree ser Emerson. Pero no bastaría, en este caso,  decir que en estos creadores hay una creencia que los lleva a la suplantación de la personalidad de otro. Más bien, con la generación de los personajes conceptuales, con Zaratustra en el caso de Nietzsche y con el artista M.G en el caso de Baudelaire, ellos expresan el juego originario, presente en el mito de Narciso, de la imagen en el espejo y del regreso de esa imagen al sujeto del que han nacido. Es decir, en el otro ellos no ven a otro, sino se ven a sí mismos. Esta enajenación en otro intenta sustituir simbólicamente al padre o a la imagen del padre, pues el otro es siempre un genio o un espíritu superior. Pero al idealizarlos consiguen unirse a ellos suplantando su personalidad. Y este fenómeno del otro como sí mismo es o expresa la neurosis obsesiva de asimilarse al padre en un ritual mágico que realizan con el endiosamiento de otro autor que finalmente son ellos mismos. En este caso, la suplantación de la personalidad de otro autor, la utilización y apropiación de sus ideas como propias, no obedece más que a la neurosis obsesiva de liberarse del trauma de la separación del padre en la más temprana edad, y la suplantación de la personalidad y el tomar las ideas de otro como propias, obedece a la obsesión de ser un autor famoso y de hacerle ver a su madre que con su obra él conquistó un lugar destacado para la gloria de su padre. (Cfr. Gómez Rodríguez, Jorge Luis  ¨Nietzsche parásito de Emerson. La extraña simbiosis conceptual entre Nietzsche y Emerson¨. Editorial Brujas. Córdoba, 2014)
Como vemos, los tres ejemplos de la conciencia traumática que hemos expuesto, pretenden hacernos entender la complejidad de la creación artística, sobre todo por el lado de los desordenes mentales que hace alusión el término Enthusiamós, forjado por Platón en relación a la esencia del arte. Como ya dijimos, el término como tal solo habla de los dioses como causa de la conciencia traumática, sin embargo, los tropiezos y accidentes de la conciencia no parecen ser otra cosa que el destino traumático que el dios eligió para los artistas.