Primer video: http://youtu.be/rE8t5qmMt_M
Todos los textos que presentamos en este blog tiene los números correspondientes de los derechos de autor (IEPI) y los ISBN, por lo tanto, queda prohibida su reproducción parcial o total.
miércoles, 26 de noviembre de 2014
YouTube: Conversaciones sobre las lagunas del Mictlan
Entra a nuestro canal de YouTube: https://www.youtube.com/channel/UCanJFE4OvcvX6bL4fd4VFew
Primer video: http://youtu.be/rE8t5qmMt_M
Primer video: http://youtu.be/rE8t5qmMt_M
martes, 25 de noviembre de 2014
Facebook: "Nietzsche Parásito de Emerson"
Para más información sobre "Nietzsche Parásito de Emerson" ingresa a nuestra página de Facebook:
lunes, 10 de noviembre de 2014
Un Parásito Polémico
Sobre ¨Nietzsche parásito de Emerson¨ el
nuevo libro de Jorge Luis Gómez.
Por
Alonso Darinel
Recuerdo
alguna vez cuando Gómez afirmó que lo que más le gustaba del Ecuador era ¨la
libertad de vivir en total libertad¨ y la afirmación ciertamente no es gratuita
pues luego de terminar de leer su último libro, ¨Nietzsche parásito de Emerson¨ (USFQ.2014), no nos cabe la menor
duda de que allí expone sin miedo esa libertad (o esa violencia) como un poder
de destruir la propia mitología, los viejos paternalismos y las iconografías
que alguna vez nos dieron aparente sustento, pues: ¿cuál puede ser la libertad
si no es probando la fuerza y la valentía contra nosotros mismos, contra
nuestros propios mitos, máscaras y falsas apreciaciones?.
El
libro de Gómez expone esa dicha del iconoclasta de ser solo él mismo, de no
depender ni de autores ni de mentores, ni de filosofías idealizadas pues al
enfrentarse a Nietzsche, casi la filosofía de la modernidad en su conjunto,
Nietzsche es prácticamente como el muro de Berlín de la filosofía que Gómez se
da el lujo de derribar frente a todos sus lectores y cada uno de nosotros, por
nuestro lado, intentando que el muro no se derrumbe pues si eso ocurre nos
derrumbamos nosotros con él. Verdaderamente hay tanto de una creencia secular y
generacional al lado del Nietzsche que idolatramos, tanto de mitología
arraigada y difícil de destruir en nuestro inconsciente, que dejarlo morir no
sería otra cosa que vergüenza alevosa o crimen indignante. La garantía de una
larga polémica parece ser el mejor resultado para un libro que puede llegar a
ser un escándalo como un rescate en las listas de los más vendidos para la
filosofía, pues libros de este horizonte ya están desapareciendo de las
librerías y de la discusión.
Gómez,
el iconoclasta de la filosofía, parece que vino al Ecuador y al Buen Vivir a
ejercer la libertad que ninguno de nosotros ha podido disfrutar y esa es
nuestra envidia, nuestra repugnancia contra esa persona que todos quisiéramos
ser y que nos impide la institución, la bandera, la familia, el sueldo y el
matrimonio. En el Ecuador no existe la filosofía o si existe su cultivo no
obedece a una dedicación generacional ni al mantenimiento de un discurso que
haya luchado frente a otros discursos para mantenerse vigente, pues desde los
años dorados de la filosofía en la Universidad Católica, con Roig, Agoglia,
Enzo Mella y otros profesores extranjeros, la filosofía se ha mantenido por el
influjo de tradiciones institucionales que han llegado a nuestro país desde
fuera y no obedecen a tradiciones propias. En parte, el ejercicio filosófico de
Gómez representa una lucha por mantener una tradición inexistente y en parte la
extravagancia de Gómez, profesor de filosofía hace ya veintitantos años, es
parte de este libro que reseñamos.
En
cinco capítulos extenuantes Gómez nos ofrece un material prácticamente
desconocido de nuestro ícono, unas pruebas irrefutables de que nuestro
superhombre era como nosotros y que pretendió una libertad que no tuvo, que lo
fingió todo para enseñarnos que se puede ser Nietzsche viviendo con mami y
hermana, con fines de semana y como consumidor final, que se puede ser
superhombre sin serlo, un ícono de cartón tan pedestre y humano, tan hipócrita
y posero como todos (!!) y es precisamente eso lo que más nos duele, ese súbito
sacarnos la máscara de aquello que nunca quisimos ser, pero que en realidad
éramos y no lo sabíamos, pues mientras más débiles somos más aspiraciones a la
nobleza y a la aristocracia y a todo orden superior, mientras más débiles más
necesidad de buscar el modelo de los fuertes que no somos, mientras seamos los
débiles todos los modelos de vida de la fortaleza y el carácter serán solo
aspiraciones nostálgicas inalcanzables, puro rencor de no poder alcanzarlo. En
este menú de la renuncia personal y del enfrentamiento está presente todo el
rencor heredado de Nietzsche como padecimiento autorizado por él pues él lo
vivió y es lo único, lamentablemente, que pudo enseñarnos. Y Nietzsche no está
lejos de contemporáneos como Kafka o Tolstoi, pues en la época abundaba la
conciencia de culpa entre los autores más destacados y era un lugar común ese
parasitismo literario, como el caso de Baudelaire, que tarde o temprano representaba un
quiebre cultural muy difícil, pues no se puede romper con el pasado cuando éste
todavía nos alimenta a diario y aún lo sentimos como propio. Y no resulta una
anécdota que gran parte de la literatura y la poesía del siglo en mención
tuviera como norte la imagen de un hombre superior en la que se ocultaba todas
las debilidades como todas las culpas que ellos mismos intentaban solapar en un
ícono que les quedaba grande, pues cuando Nietzsche se refiere a Baudelaire lo
muestra como un decadente típico, es decir, como uno que pretendía ser superior
cuando en realidad no lo era y esta distancia que el filósofo quiere a toda
costa poner frente a los débiles no es otra cosa que voluntad de separación y
divorcio de aquello que él mismo sentía como propio y que jamás pudo sacarse de
encima a pesar de las insistencias.
En
cierta medida, es éste el aspecto que más nos impacta de este libro pues en
realidad poco nos importa si Gómez llega a probar el parasitismo de Nietzsche,
si Nietzsche plagió, copió o transcribió a Emerson. La violencia de Gómez es
contra nosotros, contra un romanticismo mítico que vemos caer en nosotros,
contra una seguridad que era una bandera, una época que todavía permanecía con
significado y que Gómez, el iconoclasta, termina por derrumbar en un terremoto
impresionante. En este sentido, leer el libro conlleva una suerte de asesinato
en la penumbra y hasta cierta complicidad con el autor, pues el libro nos hace
pensar en nosotros, nos hace palidecer de nosotros pues el hombre maduro debe
algún día elevarse por sobre la mitología en la que tristemente se sustentaba
para bregar por sí mismo y observarse por primera vez con sinceridad y con
verdadera sustentación.
En
el panegírico del hombre superior, en la idea que comparten Emerson y
Nietzsche, nadie más superior, nadie más libre que Gómez que ideó un país, todo
un país, solo para ser libre. A veces la mejor manera de vivir es llorando
sobre el rostro rígido de nuestro mitos y llorar con dignidad pues también hay
llantos maduros y nobles. Si ya la muralla cayó con Marx, Freud y ahora
Nietzsche, si se vino al suelo toda la filosofía de la sospecha, no nos queda
otra cosa que pensar por nosotros mismos de una vez y para siempre, solos y sin
un pasado que ensombrezca el rostro que verdaderamente nos corresponde. Nada
mejor para todos aquellos que idearon la libertad que derribar muros y hacer
terremotos con tal de desembarazarnos del mito y de todo
lo que no es nuestro.
miércoles, 24 de septiembre de 2014
Sobre el libro ¨ Nietzsche parásito de Emerson¨(USFQ.2014) y las ideas de Deleuze,Guattari y Badiou.
Son primero Deleuze y Guattari (¿Qué es la filosofía?1991) y luego
Badiou (Condiciones.1992) quienes afirman que la filosofía debería dejar de ser
solo historia de la filosofía, los primeros al afirmar que el plano de
inmanencia expone la subjetividad del filósofo y no la verdad de sus enunciados
y el segundo, al evitar señalar que la filosofía sea el discurso de la verdad.
En ambos casos hay la intención de sacar a la filosofía de la historia y el
historicismo pues declaran que la caducidad de ella obedece a ese vínculo o
está determinada por él. Si bien el argumento central de ellos no es errado,
las propuestas de éstos parecen buscar la desvinculación de la filosofía de un
argumento por lo demás tradicional pero que en sí mismo, además de esta
limitación, está plagado de perspectivas en sí mismas discutibles. Por lo
pronto, la discusión sobre si la filosofía pretende ser el discurso de la
verdad es totalmente legítima sobre todo por que el filosofar caería en el
plano científico o en el discurso de la ciencia experimental del que es
diferente o al menos camina en el extremo opuesto. Pero más allá de defender la
desvinculación del filosofar del discurso de la verdad, al combatir el vinculo
de la filosofía con su historia, pretenden introducir aspectos pre filosóficos
del filosofar y así situar a la filosofía en un más allá discursivo bien
discutible.
En el caso de nuestro libro, donde intentamos establecer una
relación entre los conceptos de dos pensadores, al parecer ni siquiera existe
una relación conceptual ni una corrección de un concepto por estar mal
planteado, como plantean Deleuze y Guattari. En el caso de las ideas de Emerson
y Nietzsche creemos que existe un parasitismo o simbiosis conceptual ( no
inmediatamente un plagio ni una copia de ideas) en que nos permitimos observar
que ni siquiera el argumento del ¨plano de inmanencia¨ de Deleuze y
Guattari, pudiera salvar el problema.
Nuestro libro muestra en dos facetas de la vida de Nietzsche la importancia
sobredimensionada que ve éste en las ideas y conceptos de Waldo Emerson, a
pesar que en el periodo de Sils María pudiera observarse un plano de inmanencia
también sobredimensionado por el propio filósofo alemán, con el que nos
podríamos permitir una diferencia entre éste y el autor norteamericano, y
permitirnos, al mismo tiempo, comprender la relación entre ambos como una
coexistencia de planos de inmanencia y no una sucesión de sistemas o conceptos.
Como en nuestro caso observamos que las intenciones de Nietzsche al
sobredimensionar el rol y figura de la idea del hombre superior de Emerson en
su persona, al creer que él es el hombre superior y nadie más que él, sobre
todo en la época del pensamiento del eterno retorno y en los inicios de la
creación del Zaratustra (1881-1883), esta creencia (o esta locura) no le aparta
totalmente de las ideas originales de Emerson sino más bien, lo instala en el
seno de esas mismas ideas, pues la locura si bien podría significar el plano de
inmanencia pre filosófico de Deleuze y Guattari, para el propio Nietzsche no es
más que la encarnación en su persona del ideal del eterno retorno o la prueba o
aval de la superioridad de sí sobre toda la humanidad. No se trata de que ¨otro
plano de inmanencia se ha tejido en las mallas del primero¨(Deleuze y Guattari
pag60) sino, para nosotros, se trata de una extraña simbiosis conceptual en el
que un filósofo se cree el otro, haciendo suyas las ideas de su predecesor y
subrayando que él es la realización de las ideas de aquél. Según nuestro punto
de vista, si bien las ideas de Deleuze y Guattari no puede ser utilizadas con
solvencia en nuestro caso, lo que nosotros descubrimos es que también el plano
de inmanencia o el aspecto personal y patológico de una persona, lo pre
filosófico de sus ideas, también puede estar presente en lo conceptual y
eidético y dejar de ser pre filosófico, como también puede ser un argumento en
el que la ecuación personal intenta sustituir al concepto para evitar el
parasitismo. No quisiéramos negar las ideas de Deleuze y Guattari en este
punto, pero creemos que el parasitismo conceptual puede ofrecer una otra
perspectiva para resolver el problema de hasta qué punto el plano de inmanencia
es pre filosófico y si no es solo un concepto más en el que la filosofía podría
llegar a ser historia y solo historia y no coexistencia de planos de
inmanencia.
miércoles, 17 de septiembre de 2014
lunes, 8 de septiembre de 2014
El futuro plagado de insurgencias
Utilizar hoy las ideas de Nietzsche sobre el nihilismo y la pérdida de los valores supremos para intentar comprender la situación que vivimos no nos parece adecuado. Y no lo parece por la sencilla razón que la situación política actual en occidente parece seguir una lógica en la que los conceptos del pensador alemán o bien no resultan funcionales o bien obedecen a recursos y estrategias para las que esos argumentos no estaban preparados. Hoy observamos en la política internacional el nacimiento de grupos que combaten lo que llaman decadencia occidental ( por ejemplo Putin y el nacionalismo ruso tanto como los grupos de Yihadistas que combaten en Irak y Siria) mediante un antagonismo a Occidente que no refleja más que un extraño fenómeno de oposición como dependencia. El viejo concepto nietzscheano de nihilismo incompleto ( que bien hoy podría expresar el intento de una destrucción de los valores occidentales pero manteniendo la esencia de lo que se intenta destruir) no parece responder completamente a las espectativas de la lógica interna de los fenómenos de oposición, insurgencia al sistema del poder contemporáneo. En cierta medida, los antagonismos al sistema hoy en día manifiestan una cierta lealtad al propio sistema ( como el movimiento de los Indignados), pero no como un nihilismo insatisfactorio o incompleto, como pensaba Nietzsche, sino como una estrategia del poder que es capaz de crear y producir antagonismos para neutralizar o intoxicar las verdaderas propuestas de liberación. El sistema del poder contemporáneo crea ejércitos de insurgencia para hacernos pensar que son éstos el antagonismo que hay que combatir, ocultando en ello que el caos es creado para alcanzar el poder con esos mismos fenómenos de insurgencia. Nada mejor para comprender este fenómeno que recordar la saga Matrix, cuando Neo adquiere conciencia de que es un instrumento del Arquitecto, o es una creación de él y todo el proceso de liberación que él comandaba no era otra cosa que una estrategia del sistema que combatía. Parte del terrorismo internacional obedece a esta lógica, pues hacer un atentado y culpar a cualquiera es la mejor forma de neutralizar las verdaderas actividades terroristas, es decir, que gran parte de los atentados terroristas de hoy y el futuro son y serán auto atentados. El problema que surge cuando reflexionamos sobre el futuro desde el presente, es el fenómeno de la insurgencia como catalizador del poder, es decir, que tendremos un futuro plagado de insurgencias con lo que podremos observar que el poder, según nuestra opinión, ve en ello la mejor forma de reproducirse o la mejor estrategia para desdoblarse en enemigos que son creados por él mismo.Observar esta lógica nos permite comprender que el verdadero atentado que se comete contra el principio de contradicción es en lo fundamental una muestra como una enseñanza de que el proceso de descomposición que vivimos garantiza un caos organizado infinito en el que los poderosos pescarán a río revuelto sin ningún escrúpulo. Pero también los fenómenos de liberación ya no tendrán ni obedecerán a criterios de auténtica insurgencia, sino a maquinaciones y estrategias para neutralizar una oposición que tarde o temprano va a dejar de existir.Un futuro donde el poder no tiene antagonismos es en sí mismo la mejor expresión del verdadero colapso de la sociedad contemporánea.
miércoles, 28 de mayo de 2014
La política del descontento
Acaban de haber elecciones en Europa y en Colombia.
Lo peculiar de ambos procesos es la casi nula participación de las mayorías.
Solo un 35 a 40% de los electores han participado. ¿Qué sucede y cuál es el
motivo de que el 60% de los electores no participe? La pregunta parece ser la
cuestión central de la política en nuestro tiempo, es decir, esta cuestión
involucra al valor de lo político y a la función que hoy cumple la
representación política en la sociedad. Como podemos apreciar, a las grandes
mayorías no les interesa lo político y son unos pocos los que toman las decisiones
por todos. La política de hoy no refleja el sentir de la comunidad y ésta se
deja llevar y administrar por una minoría y por las opciones que ellos ven como
correctas. En Europa la extrema derecha y los partidos antieuropeístas han
triunfado, expresando con ello que las opciones oportunistas de grupos
minoritarios pueden llegar a ser realidades cuando la gran población deja de
lado la opción política o simplemente no le interesa. Esta levedad de la
política es lo más significativo de ella, pues son minorías las que deciden por
todos y hacen de la política del descontento una opción real o una verdadera
real politik. Pero es una política oportunista o un pescar a río revuelto, pues
al pretender ser o representar a toda la comunidad no hacen más que expresar el
descontento político o el mismo valemadrismo de la política, como dicen en
México. En cierta medida los noticieros de la televisión y los periódicos informan
sobre las elecciones en las que casi nadie participó, aunque los resultados si
bien expresan el más grande vacío político, representan una realidad política
insoslayable. Esa realidad que no representa a nada ni a nadie es la política
del descontento. Y esa realidad casi vacía es la que entraña el fenómeno de la
política en nuestro tiempo.
lunes, 5 de mayo de 2014
Diez cuentos absurdos
1.La quebrada del
payaso
Se trata de la muerte de un payaso borracho o de un borracho
vestido de payaso o simplemente de un hombre alcoholizado vestido de manera
extraña que cae por una quebrada. El motivo de la muerte de este sujeto no la
sabemos. Lo que sí sabemos es que a la mitad de la historia se construye en
este mismo lugar un Mall que se llamó: La quebrada del payaso.
2.Tumbangkok
Se trata de la historia de un migrante Tailandés que se
establece en Tumbaco. Un día un fotógrafo con problemas financieros busca ahorrar
un viaje a Tailandia y , por ese motivo, trata de ubicar con un amigo a una
persona de Tumbaco que se parezca a un campesino de Bangkok. Al encontrarlo y
fotografiarlo no solo evita pagar un costoso viaje a Tailandia, sino también
funda en una zona del lugar un nuevo mundo que más tarde se llamó Tumbangkok.
3. Ahí comienza la
soledad.
Dos amigos conversan al borde de una cerca que divide dos
terrenos. Uno de ellos le dice al otro:
¨De este lado es el terreno del Ricky, y de ahí para allá es
el terreno de la soledad¨.
El otro amigo que lo escuchaba muy serio dice:
¨¿ahhhhh... entonces allí no vive nadie?
4. Todo el mundo se
pone bravo cuando no hace caca.
Un día un grupo de amigos conversan sobre el comportamiento
de sus hijos. Una madre entre ellos, al referirse a su hija, dice que es mal
genio pero como buscando una disculpa dice :
¨Pero solo se pone brava cuando no hace caca¨
Azucena, que era parte del grupo que conversaba sobre sus
hijos, luego de escuchar a su amiga dice con energía y mucha determinación:
¨¡Pero si todo el mundo se pone bravo cuando no hace caca!¨
Al rato, Ricky que quiere hacerse el chistoso pregunta a
todos:
¿Qué le dijo una mosca a otra mosca?
Como nadie responde después de un rato contesta sonriendo:
¨Vamos a mi caca¨.
5. La persistencia de
Renaud
Renaud tenía la facultad de predecir el fin del mundo todos
los meses del año. Sus amigos que lo escuchaban muy atentos vivían
atormentados. Cuando ya había pasado 20 0 30 años juntos uno de ellos muy filosófico
dice a sus amigos, luego de una larga discusión sobre la nula capacidad
predictiva de su amigo:
¨Yo creo que lo único que hay que admirar de Renaud es su
persistencia¨.
6. El problema es que
ha sido virgen.
Dos amigos ingresan a una iglesia y conversan sobre
distintos temas. Luego de hablar sobre las esculturas y cuadros que hay en la
iglesia, se ponen a conversar sobre sus conquistas amorosas. Uno de ellos, al
terminar de conversar, le dice al otro:
¨El problema es que ha sido virgen¨
El otro que camina mirando las estatuas y cuadros de la
iglesia piensa para sí mismo:
¨Yo pensaba que era el cristo de Legarda¨
7. Con prenda
Una vez un individuo flaco necesitaba beber cerveza y sale
de su casa, cuan largo y flaco era, a comprar cerveza a la tienda. La señora
que vende allí le dice con cara de disculpa que no puede venderle porque hay
¨ley seca¨ y es día de elecciones. Luego de que el individuo flaco le ruega que
le acepte, la señora dice con cara de aprobación:
¨Bueno.... pero con prenda..¨
El individuo flaco mueve la cabeza con infinita comprensión
y dice resignado antes de salir de la tienda:
¨Comprendo ¨.
8.Una historia larga
y triste.
Hay un congreso internacional de hombres invisibles. Llegan
de todos los países y de todas las regiones del mundo para reunirse en un
hotel.
Cuando comienzan a reunirse en el salón del Hotel se dan
cuenta que poco a poco empiezan a desaparecer y desaparecer y desaparecer y
desaparecer y desaparecer y desaparecer....
9. Mecánica.
Una abuela bien habladora recibe a uno de sus nietos que
vive hablando de conciertos de rock . Para hacerse la conocedora del área, le
dice para sorprenderlo cuando abre
la puerta de su casa:
¨¡Viene Mecánica!¨
10. Viernes Santo.
Un esposo muy leído y absorto en sus estudios le pregunta a su
mujer pensativo:
¨El año pasado qué día cayó Viernes Santo?¨
domingo, 4 de mayo de 2014
El síndrome de la crisis de derechos
Desde mediados de los noventas y sobre todo en la primeras décadas del nuevo milenio, observamos a diario las crisis en los sistemas de seguridad y control debido a que la gran ciudadanía adquiere aparentemente derechos informáticos que antes no tenía o no utilizaba. El acceso a las redes informáticas ofrece facilidades informáticas que antes la gran población no tenía acceso directo o eran muy difíciles de adquirir, como ofrece al mismo tiempo, una aparente ampliación de los nuevos derechos que adquirimos los usuarios por el solo motivo del acceso a la red. Y estos ----derechos---- que en rigor son solo probables y prácticamente inexistentes son la causa de la crisis de representación política, de los roles sociales como de la participación ciudadana. Pero lo sintomático de todo esto es que los derechos siguen siendo los mismos o simplemente son conculcados en la misma medida en que el síndrome de la ampliación de estos genera una discusión sobre una apariencia y no sobre una realidad.En una palabra: Los derechos ciudadanos no han crecido ni han cambiado. Pero lo más extraño de este fenómeno es que el concepto del sujeto moderno también se ve afectado por esta aparente cambio en los derechos ciudadanos. El modelo cultural que describe Bauman en sus análisis de la cultura moderna es parte de este nuevo sujeto, como es parte de esta apariencia que éste ve o quiere ver en los modelos de consumo modernos. Lo que parece manifestarse aquí es que hoy la apariencia parece volverse realidad y en ella intentamos sostener razonamientos que se fundan en simulacros de realidad( como el síndrome de la crisis de derechos que intentamos describir) pero no en la realidad, e incluso, éstos tienen una repercusión ficticia en los conceptos y en los valores que pensábamos existentes.Este ambiente de crisis fundada en las apariencias informáticas o en aparentes cambios de derechos, nos enseña que dentro de poco ya no sabremos distinguir entre auténtica crisis y crisis forjada por las apariencias, pues la virtualidad de ella parece obedecer a un proyecto muy bien pensado de forjar la virtualidad como promotora de una vida de cambio vertiginoso que solo ofrece beneficios a los modelos de consumo y al mundo tecnológico. La fuerte identificación con el irracionalismo del modelo que describimos, garantiza todo tipo de falsas reformas y falsas crisis, como también nos hace ver que los modelos del sujeto moderno serán otras máscaras simuladas de sujetos verdaderamente inexistentes.La futura reflexión y la crítica cultural será una suerte de desmitologización del simulacro, es decir, una manera de desvalorizar el mito como un modo de quitarles a los consumidores la satisfacción de una ficción autorizada como aparentemente necesaria. Por eso no podemos esperar que la reflexión tenga en ese futuro inmediato ningún valor como ninguna función social de importancia.
miércoles, 5 de marzo de 2014
Noticias
Estoy corrigiendo las pruebas de imprenta de mi libro ¨Nietzsche parásito de Emerson¨ que
edita editorial Brujas en Córdoba, Argentina. Al corregirme me doy cuenta de mi
oralidad pues soy profesor de principio a fin. Para mi, oralidad significa que
hablo y que solo hablo y cuando escribo no hago más que transcribirme, cosa
imposible en sí misma. Frente a este límite, creo que es un límite
sudamericano, en cierta medida, escribir es perder una identidad o intentar
plasmar algo en un formato para el que no fuimos ni preparados ni educados. Y
ese límite es nuestro y mío hasta decir basta. Al parecer, cuando escribo me
enajeno de mí mismo, dejo algo que es mío y lo transfiero a una identidad
hipócrita, es decir, me pongo un traje que no me queda. Y cuesta tanto ser uno
mismo en ese traje que incluso he llegado a pensar, que lo más mío es el intentar
decir algo que pienso más allá del lenguaje de todos, más allá de las
convencionalidades y de los ritos sociales que forja todo lenguaje. El más allá
que he pensado me aproxima a las reiteraciones de mi lenguaje oral, al uso y
abuso de ciertas muletillas del hablar en público y del hablar en general, pues
si mi lenguaje es el oral, no debo traicionarme al corregirme y eliminar los
giros que hago uso y hago abuso cuando hablo. Evidentemente que mi editor no me
va a entender!.
La creación artística y la conciencia traumática.
por
Jorge Luis Gómez Rodríguez
Profesor de filosofía de la USFQ. jgomez@usfq.edu.ec
Abstract: Según la definición de Platón, el arte es Enthusiamós. El texto expone tres ejemplos de conciencia traumatizada y la función que cumple en la creación artística.
Palabras claves: Creación artística y conciencia o memoria traumática.
Las veleidades de la
conciencia traumática también parecen manifestarse en el viejo y mal
comprendido concepto del Enthusiamós, que
nos enseñó Platón sobre el arte y la creación artística. Si bien la locura y
los desordenes de la conciencia apuntaron originalmente en esta definición a
los poderes divinos, como excusándose de los verdaderos desaguisados mentales a
los que se refería, la creación artística y la memoria traumática, también
representan a los principios creativos que Platón nos legó en su obra y en su
idea sobre el arte.
En cierto sentido, la
posesión divina no dice o no significa directamente al dios y sus poderes, sino,
por el contrario, a los desordenes mentales que éste provoca en los
entusiasmados. Y hoy podríamos profundizar sobre aquellos desordenes que, en
sentido estricto, son más artísticos y donde hay más creatividad que en ningún
otro lugar. Pero hablar de desordenes suena a disculpa, pues en la creatividad
que queremos o que intentaremos desentrañar, hay un tormento que se quiere
superar, y precisamente en esa voluntad no solo está presente la pulsión creativa
como tal, sino el carácter de inacabada o de insatisfactoria en la que se
asienta casi como una obsesión.
La función del trauma en la
memoria genera una inventiva artística en un amplio sentido. El paciente
traumatizado, en cierta medida, crea con el fin de olvidar la herida, a pesar
que es ella la fuente misma de la creatividad. Como memoria sana, el pasado
permanece sin cambios. En la memoria traumática hay un necesario cambio o
arreglo para evitar reflotar una herida que debe permanecer oculta en la
profundidad y que, por ningún motivo, debe salir a la superficie. Son los
paliativos a la vulnerabilidad neuroemocional. Y esos paliativos los comprende
Boris Cyrulnik, neuropsiquiatra francés ( ¨Sauve-toi,
la vie t`apelle¨.Odile Jacob,2012) mediante la idea de la résilience ( o resistencia).
Es la readaptación resiliente de sus propias
representaciones una suerte de terapia natural donde se permiten evitar el
dolor arreglando escenas para crear otras con las que tapan o encubren el
original. Todo trauma modifica el funcionamiento cerebral y hace de
instrumentos neutrales, como la escritura de sí mismo, un factor de protección.
Todo paciente traumatizado abunda en imágenes pero tiene una mala memoria
verbal. Los que aprenden a comunicar resultan menos traumatizados que los que no lo hacen.
Y en el caso de aquellos
niños que han sufrido una agresión traumática, tienen sueños recurrentes que
están encerrados o aprisionados, que viven en un acuario o en una caja en la
que no se pueden mover. Este sueño que representa la separación de los demás o
la incomprensión de los demás, tiende a desaparecer mediante la escritura, pero
no mediante las imágenes. Pero la escritura como terapia, si bien es resiliente, no logra sino un placer
momentáneo de lejanía del trauma, pues si bien desocupa a la memoria de
imágenes obsesivas desplazándolas en el valor social del lenguaje o en su poder
comunicativo, aparentemente desplaza el trauma en un valor simbólico como
experiencia universal o sufrimiento de todos.
Como vemos, la escritura de
sí tiene un valor de resistencia traumática y por eso de terapia. El artista
resiste su propio dolor cuando crea una nueva novela, poema, o teatro. La
creación artística hace del desorden emocional, lo mismo o algo semejante a las
neuronas que niegan un recuerdo al sujeto traumatizado, para evitarle el dolor
y el tormento. El arte es una liberación pero lo es sólo en la medida en que al
ser una terapia satisface momentáneamente a su creador. Y es esta
insatisfacción la verdadera garantía de una creación obsesiva.
También los representantes
de minorías excluidas son creadores atormentados que representan en su voluntad
de rehabilitación, en su meta de rendir un homenaje a los humillados y en el
propósito de rehabilitar lo que vive en la ignominia y la abyección, un
espíritu traumatizado que hace de su creación una terapia de rehabilitación
precisamente porque en la vida cotidiana son presos de la exclusión y la
segregación social. Tanto homosexuales y lesbianas hacen de esta voluntad de
rehabilitación (Cfr.Eribon,Didier Una moral de lo minoritario.Variaciones sobre
un tema de Jean Genet. Anagrama.2004) de lo excluido, lo que es común a
Foucault y Jean Genet, una terapia de rehabilitación de sí mismos, donde la
palabra de los excluidos llega a rehabilitarse con ellos y esa palabra es la
expresión terapéutica de una liberación.
Pero además de querer disociarse de lo que no se es, la voluntad de
rehabilitación expresa simbólicamente un modo de liberarse ellos mismos. En
este sentido, el tema de las exclusiones como escritura expresa lo que no se
quiere ser y manifiesta el ritual emocional de profundizar en la exclusión para
liberarse de ella.
Y existe otro tipo de
creador traumatizado que hace del arte creativo un modo de superar su propia
minusvalía. Es el caso de los autores que luchan por alcanzar la gloria
personal, llevados por la necesidad compulsiva de superar el trauma de una
temprana orfandad. En estos casos, la creación compulsiva los lleva a tomar las
ideas de otros como propias, no como plagio consciente, sino como trasferencia
de personalidad. Es el caso de Baudelaire y Nietzsche. En ambos creadores hay
el trasfondo de otra personalidad como de otro autor que creen ser ellos
mismos. Baudelaire cree ser Poe y Nietzsche cree ser Emerson. Pero no bastaría,
en este caso, decir que en estos
creadores hay una creencia que los lleva a la suplantación de la personalidad
de otro. Más bien, con la generación de los personajes conceptuales, con
Zaratustra en el caso de Nietzsche y con el artista M.G en el caso de
Baudelaire, ellos expresan el juego originario, presente en el mito de Narciso,
de la imagen en el espejo y del regreso de esa imagen al sujeto del que han
nacido. Es decir, en el otro ellos no ven a otro, sino se ven a sí mismos. Esta
enajenación en otro intenta sustituir simbólicamente al padre o a la imagen del
padre, pues el otro es siempre un genio o un espíritu superior. Pero al
idealizarlos consiguen unirse a ellos suplantando su personalidad. Y este
fenómeno del otro como sí mismo es o expresa la neurosis obsesiva de asimilarse
al padre en un ritual mágico que realizan con el endiosamiento de otro autor
que finalmente son ellos mismos. En este caso, la suplantación de la
personalidad de otro autor, la utilización y apropiación de sus ideas como
propias, no obedece más que a la neurosis obsesiva de liberarse del trauma de
la separación del padre en la más temprana edad, y la suplantación de la
personalidad y el tomar las ideas de otro como propias, obedece a la obsesión
de ser un autor famoso y de hacerle ver a su madre que con su obra él conquistó
un lugar destacado para la gloria de su padre. (Cfr. Gómez Rodríguez, Jorge
Luis ¨Nietzsche parásito de Emerson. La
extraña simbiosis conceptual entre Nietzsche y Emerson¨. Editorial Brujas. Córdoba,
2014)
Como vemos, los tres
ejemplos de la conciencia traumática que hemos expuesto, pretenden hacernos
entender la complejidad de la creación artística, sobre todo por el lado de los
desordenes mentales que hace alusión el término Enthusiamós, forjado por Platón en relación a la esencia del arte.
Como ya dijimos, el término como tal solo habla de los dioses como causa de la
conciencia traumática, sin embargo, los tropiezos y accidentes de la conciencia
no parecen ser otra cosa que el destino traumático que el dios eligió para los
artistas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)