Son primero Deleuze y Guattari (¿Qué es la filosofía?1991) y luego
Badiou (Condiciones.1992) quienes afirman que la filosofía debería dejar de ser
solo historia de la filosofía, los primeros al afirmar que el plano de
inmanencia expone la subjetividad del filósofo y no la verdad de sus enunciados
y el segundo, al evitar señalar que la filosofía sea el discurso de la verdad.
En ambos casos hay la intención de sacar a la filosofía de la historia y el
historicismo pues declaran que la caducidad de ella obedece a ese vínculo o
está determinada por él. Si bien el argumento central de ellos no es errado,
las propuestas de éstos parecen buscar la desvinculación de la filosofía de un
argumento por lo demás tradicional pero que en sí mismo, además de esta
limitación, está plagado de perspectivas en sí mismas discutibles. Por lo
pronto, la discusión sobre si la filosofía pretende ser el discurso de la
verdad es totalmente legítima sobre todo por que el filosofar caería en el
plano científico o en el discurso de la ciencia experimental del que es
diferente o al menos camina en el extremo opuesto. Pero más allá de defender la
desvinculación del filosofar del discurso de la verdad, al combatir el vinculo
de la filosofía con su historia, pretenden introducir aspectos pre filosóficos
del filosofar y así situar a la filosofía en un más allá discursivo bien
discutible.
En el caso de nuestro libro, donde intentamos establecer una
relación entre los conceptos de dos pensadores, al parecer ni siquiera existe
una relación conceptual ni una corrección de un concepto por estar mal
planteado, como plantean Deleuze y Guattari. En el caso de las ideas de Emerson
y Nietzsche creemos que existe un parasitismo o simbiosis conceptual ( no
inmediatamente un plagio ni una copia de ideas) en que nos permitimos observar
que ni siquiera el argumento del ¨plano de inmanencia¨ de Deleuze y
Guattari, pudiera salvar el problema.
Nuestro libro muestra en dos facetas de la vida de Nietzsche la importancia
sobredimensionada que ve éste en las ideas y conceptos de Waldo Emerson, a
pesar que en el periodo de Sils María pudiera observarse un plano de inmanencia
también sobredimensionado por el propio filósofo alemán, con el que nos
podríamos permitir una diferencia entre éste y el autor norteamericano, y
permitirnos, al mismo tiempo, comprender la relación entre ambos como una
coexistencia de planos de inmanencia y no una sucesión de sistemas o conceptos.
Como en nuestro caso observamos que las intenciones de Nietzsche al
sobredimensionar el rol y figura de la idea del hombre superior de Emerson en
su persona, al creer que él es el hombre superior y nadie más que él, sobre
todo en la época del pensamiento del eterno retorno y en los inicios de la
creación del Zaratustra (1881-1883), esta creencia (o esta locura) no le aparta
totalmente de las ideas originales de Emerson sino más bien, lo instala en el
seno de esas mismas ideas, pues la locura si bien podría significar el plano de
inmanencia pre filosófico de Deleuze y Guattari, para el propio Nietzsche no es
más que la encarnación en su persona del ideal del eterno retorno o la prueba o
aval de la superioridad de sí sobre toda la humanidad. No se trata de que ¨otro
plano de inmanencia se ha tejido en las mallas del primero¨(Deleuze y Guattari
pag60) sino, para nosotros, se trata de una extraña simbiosis conceptual en el
que un filósofo se cree el otro, haciendo suyas las ideas de su predecesor y
subrayando que él es la realización de las ideas de aquél. Según nuestro punto
de vista, si bien las ideas de Deleuze y Guattari no puede ser utilizadas con
solvencia en nuestro caso, lo que nosotros descubrimos es que también el plano
de inmanencia o el aspecto personal y patológico de una persona, lo pre
filosófico de sus ideas, también puede estar presente en lo conceptual y
eidético y dejar de ser pre filosófico, como también puede ser un argumento en
el que la ecuación personal intenta sustituir al concepto para evitar el
parasitismo. No quisiéramos negar las ideas de Deleuze y Guattari en este
punto, pero creemos que el parasitismo conceptual puede ofrecer una otra
perspectiva para resolver el problema de hasta qué punto el plano de inmanencia
es pre filosófico y si no es solo un concepto más en el que la filosofía podría
llegar a ser historia y solo historia y no coexistencia de planos de
inmanencia.