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miércoles, 24 de septiembre de 2014

Sobre el libro ¨ Nietzsche parásito de Emerson¨(USFQ.2014) y las ideas de Deleuze,Guattari y Badiou.


Son primero Deleuze y Guattari (¿Qué es la filosofía?1991) y luego Badiou (Condiciones.1992) quienes afirman que la filosofía debería dejar de ser solo historia de la filosofía, los primeros al afirmar que el plano de inmanencia expone la subjetividad del filósofo y no la verdad de sus enunciados y el segundo, al evitar señalar que la filosofía sea el discurso de la verdad. En ambos casos hay la intención de sacar a la filosofía de la historia y el historicismo pues declaran que la caducidad de ella obedece a ese vínculo o está determinada por él. Si bien el argumento central de ellos no es errado, las propuestas de éstos parecen buscar la desvinculación de la filosofía de un argumento por lo demás tradicional pero que en sí mismo, además de esta limitación, está plagado de perspectivas en sí mismas discutibles. Por lo pronto, la discusión sobre si la filosofía pretende ser el discurso de la verdad es totalmente legítima sobre todo por que el filosofar caería en el plano científico o en el discurso de la ciencia experimental del que es diferente o al menos camina en el extremo opuesto. Pero más allá de defender la desvinculación del filosofar del discurso de la verdad, al combatir el vinculo de la filosofía con su historia, pretenden introducir aspectos pre filosóficos del filosofar y así situar a la filosofía en un más allá discursivo bien discutible.
En el caso de nuestro libro, donde intentamos establecer una relación entre los conceptos de dos pensadores, al parecer ni siquiera existe una relación conceptual ni una corrección de un concepto por estar mal planteado, como plantean Deleuze y Guattari. En el caso de las ideas de Emerson y Nietzsche creemos que existe un parasitismo o simbiosis conceptual ( no inmediatamente un plagio ni una copia de ideas) en que nos permitimos observar que ni siquiera el argumento del ¨plano de inmanencia¨ de Deleuze y Guattari,  pudiera salvar el problema. Nuestro libro muestra en dos facetas de la vida de Nietzsche la importancia sobredimensionada que ve éste en las ideas y conceptos de Waldo Emerson, a pesar que en el periodo de Sils María pudiera observarse un plano de inmanencia también sobredimensionado por el propio filósofo alemán, con el que nos podríamos permitir una diferencia entre éste y el autor norteamericano, y permitirnos, al mismo tiempo, comprender la relación entre ambos como una coexistencia de planos de inmanencia y no una sucesión de sistemas o conceptos. Como en nuestro caso observamos que las intenciones de Nietzsche al sobredimensionar el rol y figura de la idea del hombre superior de Emerson en su persona, al creer que él es el hombre superior y nadie más que él, sobre todo en la época del pensamiento del eterno retorno y en los inicios de la creación del Zaratustra (1881-1883), esta creencia (o esta locura) no le aparta totalmente de las ideas originales de Emerson sino más bien, lo instala en el seno de esas mismas ideas, pues la locura si bien podría significar el plano de inmanencia pre filosófico de Deleuze y Guattari, para el propio Nietzsche no es más que la encarnación en su persona del ideal del eterno retorno o la prueba o aval de la superioridad de sí sobre toda la humanidad. No se trata de que ¨otro plano de inmanencia se ha tejido en las mallas del primero¨(Deleuze y Guattari pag60) sino, para nosotros, se trata de una extraña simbiosis conceptual en el que un filósofo se cree el otro, haciendo suyas las ideas de su predecesor y subrayando que él es la realización de las ideas de aquél. Según nuestro punto de vista, si bien las ideas de Deleuze y Guattari no puede ser utilizadas con solvencia en nuestro caso, lo que nosotros descubrimos es que también el plano de inmanencia o el aspecto personal y patológico de una persona, lo pre filosófico de sus ideas, también puede estar presente en lo conceptual y eidético y dejar de ser pre filosófico, como también puede ser un argumento en el que la ecuación personal intenta sustituir al concepto para evitar el parasitismo. No quisiéramos negar las ideas de Deleuze y Guattari en este punto, pero creemos que el parasitismo conceptual puede ofrecer una otra perspectiva para resolver el problema de hasta qué punto el plano de inmanencia es pre filosófico y si no es solo un concepto más en el que la filosofía podría llegar a ser historia y solo historia y no coexistencia de planos de inmanencia.

lunes, 8 de septiembre de 2014

El futuro plagado de insurgencias


Utilizar hoy las ideas de Nietzsche sobre el nihilismo y la pérdida de los valores supremos para intentar comprender la situación que vivimos no nos parece adecuado. Y no lo parece por la sencilla razón que la situación política actual en occidente parece seguir una lógica en la que los conceptos del pensador alemán o bien no resultan funcionales o bien obedecen a recursos y estrategias para las que esos argumentos no estaban preparados. Hoy observamos en la política internacional el nacimiento de grupos que combaten lo que llaman decadencia occidental ( por ejemplo Putin y el nacionalismo ruso tanto como los grupos de Yihadistas que combaten en Irak y Siria) mediante un antagonismo a Occidente que no refleja más que un extraño fenómeno de oposición como dependencia. El viejo concepto nietzscheano de nihilismo incompleto ( que bien hoy podría expresar el intento de una destrucción de los valores occidentales pero manteniendo la esencia de lo que se intenta destruir) no parece responder completamente a las espectativas de la lógica interna de los fenómenos de oposición, insurgencia al sistema del poder contemporáneo. En cierta medida, los antagonismos al sistema hoy en día manifiestan una cierta lealtad al propio sistema ( como el movimiento de los Indignados), pero no como un nihilismo insatisfactorio o incompleto, como pensaba Nietzsche, sino como una estrategia del poder que es capaz de crear y producir antagonismos para neutralizar o intoxicar las verdaderas propuestas de liberación. El sistema del poder contemporáneo crea ejércitos de insurgencia para hacernos pensar que son éstos el antagonismo que hay que combatir, ocultando en ello que el caos es creado para alcanzar el poder con esos mismos fenómenos de insurgencia. Nada mejor para comprender este fenómeno que recordar la saga Matrix, cuando Neo adquiere conciencia de que es un instrumento del Arquitecto, o es una creación de él y todo el proceso de liberación que él comandaba no era otra cosa que una estrategia del sistema que combatía. Parte del terrorismo internacional obedece a esta lógica, pues hacer un atentado y culpar a cualquiera es la mejor forma de neutralizar las verdaderas actividades terroristas, es decir, que gran parte de los atentados terroristas de hoy y el futuro son y serán auto atentados. El problema que surge cuando reflexionamos sobre el futuro desde el presente, es el fenómeno de la insurgencia como catalizador del poder, es decir, que tendremos un futuro plagado de insurgencias con lo que podremos observar que el poder, según nuestra opinión, ve en ello la mejor forma de reproducirse o la mejor estrategia para desdoblarse en enemigos que son creados por él mismo.Observar esta lógica nos permite comprender que el verdadero atentado que se comete contra el principio de contradicción es en lo fundamental una muestra como una enseñanza de que el proceso de descomposición que vivimos garantiza un caos organizado infinito en el que los poderosos pescarán a río revuelto sin ningún escrúpulo. Pero también los fenómenos de liberación ya no tendrán ni obedecerán a criterios de auténtica insurgencia, sino a maquinaciones y estrategias para neutralizar una oposición que tarde o temprano va a dejar de existir.Un futuro donde el poder no tiene antagonismos es en sí mismo la mejor expresión del verdadero colapso de la sociedad contemporánea.